No fue una tarea fácil. La verdad es que la única idea clara que teníamos era que no queríamos el típico detalle que acaba en el fondo de un cajón. Queríamos alguna cosa que tuviera utilidad y que con el tiempo cuando lo utilizasen recordasen ese día tan especial para nosotros.
Después de mucho mirar y gracias a la ayuda de Papers Ribé, encontramos unos broches preciosos en forma de mariposa y los presentamos en unas bonitas cajitas llenas de caramelos para que estuviesen visibles.
Por experiencia sé que muchas veces practicamos el "para lucir hay que sufrir" y nos subimos a unos tacones que además de destrozarnos los pies, con el paso de las horas nos hacen imposible dar un paso. Así que para que todas las invitadas estuvieran bien cómodas y pudieran deshacerse de los tacones por un rato preparamos alpargatas en color blanco y en diferentes tallas para que durante el baile pudieran calzarse un par y disfrutar de la fiesta.
También pensamos en los invitados, pero el detalle para ellos fue más tradicional, el típico puro.
¡Cuántas horas pasamos preparándolo todo y con cuanta ilusión!
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